TODAVÍA
Todavía quedan, Miguel,
niños yunteros
que arrastran presurosos
sus cadenas,
y al mirar sus abarcas,
6 de enero,
solo las hallan de
miserias llenas.
Todavía queda, Miguel, hambre y cebolla
como alimento único de
un niño,
y esa hambre se los come
y los enrolla
en un vergel de sangre
sin camino.
El hombre no progresa, progresa la miseria,
se hace más acechante,
más selectiva,
los ricos son más ricos,
más diferencia
con el que sufre y llora
con el alma cautiva,
cautiva de sudor, llanto
y penuria,
de yugo incandescente
sobre el cuello
de irreparable muerte, y
de aguas turbias
para
hacer lágrimas que rompan a llorar por ellos.
Espero
sin embargo, poeta, compañero, hermano,
que todavía queden, Miguel, aceituneros
capaces de gritar y
alzar sus manos,
y acabar un día con este
estercolero.
Que todavía queden, Miguel, Vientos del pueblo,
de un pueblo libre, social, pueblo sin dueño,
con solo la justicia por
frontera.
23
de Diciembre de 1997
MI BRAZO ES UN FUSIL
Mi brazo es un fusil de
la palabra
y mis versos son balas surcando el
horizonte,
de día van de caza en romántica batida
y se vuelven de noche espíritus en
brasas
defensores alados de batallas feroces,
y garras con cerebro de alondras
combativas.
Mi brazo es un fusil, a veces de
nostalgia,
de amores que perdimos callados en la
noche
y mis versos son balas que juegan con la
herida.
Pero todo es distinto, la nueva
madrugada,
cuando surcan el cielo dos palomas
veloces,
que anuncian la llegada de las viejas
partidas.
Y entonces... es mi brazo el arma
solidaria
y mis balas son balas defensores del
hombre
que tiene, de sufrir, el alma
encallecida,
y entonces mis poesías se vuelven
incendiarias
de fuegos diferentes a fútiles amores,
y retoman la eterna disputa de la vida,
entre el dueño de todo y el dueño de la
nada...
entre el señor de la
ausencia y el amo del derroche...
entre las viejas promesas y las nuevas
mentiras...
y mi mente hace luz a problemas reales,
y mi brazo es fusil de colores sociales.
Agosto de 2000
PENÚLTIMA ELEGÍA
Murió aquel día el hombre
más no murió el poeta.
Callado...
pintado de reposo
abandonó su cuerpo el tiritar del verso,
y fue a parar al hueco
que da a ninguna parte.
La fosa... que es la cárcel
de donde no hay retorno
se vistió de mutismo después de la batalla
y ya no hubo más tiempo
para lanzar la arenga,
del soldado moreno cuya arma es la palabra.
Ejércitos de frases acuden a su
entierro,
después de los mil años...
que sólo fue el silencio,
recobran las alondras su vuelo de promesas,
y rinden hoy tributo al dulce compañero,
que vive en cada estrofa...
y
sufre todavía al ver niños yunteros.
OTRA VEZ MIGUEL
Aún caben Miguel, los versos más sociales,
porque
me cabe todavía la memoria
porque
me siguen arañando los banales
argumentos
que dan contra la historia
los
enemigos, Miguel, de los cabales
Todavía
es momento y oportuno
de
levantar la voz de los pequeños
de
los que son menos que nada, son ninguno
de
los que solo tienen voz entre los sueños
Aún
es Miguel, tiempo de versos
de
rebeldes, de magos, de poetas
de
miradas, de manos, de universos
de
cañones, fusil y metralletas.
28 de Marzo de 2000
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