PASO SAN JUAN: Pasó San Juan y cuando pasa San Juan, uno parece que ya sabe definitivamente que ha llegado el verano, aunque este año raro climatológicamente hablando, nos traiga alguna que otra tormenta y mantenga un ligero frescor matutino, que hace que no encendamos el ventilador ni el aire acondicionado hasta bien entrada la mañana.
San Juan, quizás por mi propio nombre o tal vez por que también (por esas cosas que nos tiene el destino deparadas a los sietemesinos) es mi cumpleaños, es esa fecha marcada en el calendario que evoca recuerdos de una niñez cada vez más lejana con sus celebraciones hoy en Madrid mañana en Hellín otrora en Albacete, de una juventud albaceteña que no ha de volver, con sus conciertos en talabarteros, los amigos añorados y en cierto modo perdidos, o con su corrida de toros o novillada en la Plaza como preludio a la feria de septiembre.
San Juan es un abuelo Juan y una cerveza en Monterrey o La Cabaña, es llamar para que baje la Tía Carmen… una comida con un montón de primos, tíos y demás familia, es un olor a colonia recién estrenada y una importante inyección económica a la tradicional paga de domingo que me entrega la abuela Pepita.
San Juan son juguetes en la infancia, en un patio de la Calle Inmaculada, una moto de batería, globos, tarta y velas con Arturos, Lucías, Francis, Juanmas, Marianos, Jaimes, Pedros, Pachis…y abuela Encarna, y tía Encarnita y tío Arturo y Tía Luci proyector o cámara de fotos, según se tercie, en mano.
San Juan es Albacete en noche interminable una y otra vez, y es Segu, Miguel, Eme, César, Fran… la tradicional llamada de teléfono de Ángel, la gente del teatro, algún examen, “este año no puedo salir”…
San Juan son unas botas de fútbol y una camiseta del Barça…
San Juan después fue Laura y sigue siendo Laura, porque al final todo conduce a Laura… y ahora es Laura más Belén, más Esther y es una tarjeta con dibujos infantiles y una sorpresa en forma de tarta y de colonia, como siguiendo una tradición de olores eternamente compartidos con aquellos de los que vengo y a los que voy…y es una copa de cava y un beso eterno con la mujer que araña mis entrañas.
Y San Juan es Almansa, cuando toca, coincidiendo con un día de diferencia con el cumpleaños de Jose Andrés, “hoy pagas tú mañana yo” y es Herminia apoyándose en el carricoche de “mi” Esther y Maruja conduciendo de la mano a “mi” Belén camino de una terraza del jardín donde nos esperan Andrés y Desi.
San Juan es un aperitivo de la Mari para toda la Delegación de Trabajo, es una cena en el piso de encima de Simago con Paco, Pepe, Pepe, Manolo Abelardo y compañía…
Y San Juan es Juanín, Juanín por encima de todo, es competir por ver quien es el primero en felicitar al otro, es Mari Carmen intentando ocultar los regalos para no “conseguirlos” anticipadamente y estropearle la sorpresa… es arreglarnos los dos para ir al café por la mañana, en Albacete a Nebraska, en Hellín al Rabal, en aquellos perdidos años 80.
Es cumplir la promesa en Septiembre de ir a Barcelona al primer partido de liga cuando se cumplen 18.
Es un poema guardado ahora en un cajón y que desata las lágrimas no vertidas en su momento cuando se te atraganta la ausencia.
Es una noticia a la que sobreponerse y darnos fuerza donde no la teníamos, allá por el 96, “No llores, ni te preocupes, que vamos a salir de esta, pásatelo bien con tus amigos que habíais quedado, que yo estoy bien”
San Juan es Hellín… es aperitivo en Sánchez, comida fuera o dentro ¿que preferís?… ¿Este año venís a casa?…
San Juan es papá, niño escalando las rodillas, jugando a las chapas, viendo un partido, adolescente con su primera mahou y un plato de gambas, joven con incertidumbres abrigado al calor de sus mejillas, hombre con pareja construyendo ilusiones y esperanzas, padre llevando a las nietas a casa del abuelo.
San Juan es tu olor y tu sabor, tus besos y tu acento, tu voz rasgada por un cigarrillo lola, una traqueotomía que te devuelve al menos a salvo de las garras de la muerte. Una canción de Serrat y unos versos de Miguel Hernández.
San Juan son muchas cosas, también ahora… San Juan es ausencia… la soledad de la madre llenada por las niñas cuando vamos a verla, el recuerdo diario de Laura que tanto te quería y te quiere, sentarnos los dos a última hora y recordarte, la tristeza fugaz de Belén diciéndonos que te echa de menos…
San Juan es una mera excusa para volver a invocarte, a convocarte más allá de la muerte, un pretexto vano para hablar contigo… una lágrima de María Dolores al otro lado del teléfono y mi propia incapacidad para suplirte…
San Juan es un poema incompleto, un verso inacabado, un cuento sin final y una novela inconclusa.
Un lamento amargo combatido por las felicitaciones que rodean mi devenir, por los recuerdos que no se escapan ante la prisa cotidiana, por los dedos que buscan la caricia de los que aún seguimos habitando el mundo.
San Juan es la amenaza del eterno viaje a Gabor, que creímos nunca se cumpliría y que nos cogió por los mismos huevos un maldito día de enero.
San Juan es todavía cuanto te quiero…
cuando me suben al alma los congojos,
cuando me falta la vida de tus ojos,
cuando Belén se acuerda de su abuelo…
San Juan es un dilema y un misterio
entre la vida que sigue y la que falta,
San Juan se me hace un nudo en la garganta…
cuando mi voz se va hacia el cementerio.
San Juan es mi niñez, son mis abuelos,
Celebración de “juanes” repetida…
San Juan es ese dueño de mi herida,
San Juan es una noche sin consuelo.
San Juan es un “bautismo” en Albacete,
una hoguera de juveniles vanidades,
es una borrachera de zagales,
es cambiar cubalibres por juguetes.
San Juan es una mirada hacia el pasado,
con los ojos clavados al presente…
los sanjuanes de hoy, tan diferentes,
tan distintos si no estás a mi lado.
San Juan es ese amor, que compartimos
por las mujeres que habitan casas nuestras…
esposa, madre, mujer, hijas y nietas…
el lugar a donde vamos y venimos.
San Juan es una noche y una Fiesta
con la canción de Serrat en la cadena,
San Juan es un dolor metido en vena
y una cama vacía en cada siesta.
San Juan es una saga de poetas,
cantores de las cosas cotidianas,
Hellín en algún bar una mañana…
San Juan es calamar y una cerveza.
San Juan es añoranza y es ausencia,
es el mar en un frasco de colonia,
es una redacción, es una historia…
es una condición de mi existencia.
San Juan es el futuro que nos guarda
desde los más recónditos planetas,
recuerdos que nos dan la voltereta
y cargamos otra vez sobre la espalda
San Juan es la verdad de la medida,
de los años que hicimos tan felices
San Juan es en mi alma cicatrices…
San Juan otra vez dueño de mi herida.
San Juan es mi valor… mi cobardía,
San Juan es mi poder y mi impotencia,
San Juan es mi placer y mi dolencia,
San Juan como mi prosa y mi poesía.
San Juan es un balón, es un torero
es un salto hacia dentro de las cosas,
es libertad, es un puño, es una rosa.
San Juan es otra vez cuanto te quiero.
Hasta aquí el Sirimiri especial de hoy, había otros temas, los de casi siempre Wert, Rossell, Cospedal, Rajoy… pero no me da la gana mezclarlos con San Juan. Ya habrá tiempo…
Juan Antonio Andújar Buendía