Vuelve a ser 20 N.
Cada 20 N me da por hablar de Franquete, que le voy a hacer, y es porque cada
20 N sigo pensando en la ignominia que es para esta España mía esta España
nuestra que diría Cecilia, que sigan existiendo monumentos, reconocimientos,
calles, plazas dedicadas al dictador y a la dictadura y sigan estando sus
víctimas en las cunetas, sin ni siquiera una mala placa, como la todavía no
repuesta de Baldomero Marín en nuestro parque, que llevarse a la boca.
Ahora
que está tan de moda la herencia recibida, habría que decir que la verdadera y
nefasta herencia de este País, es la provocada por los 40 años en que la maldad
y el fascismo camparon a sus anchas, confluyendo en un retraso no solo político
y económico, sino ético, moral, filosófico etc. etc. que aún seguimos pagando y
no sé si terminaremos de pagar un día.
Franco
y el Franquismo fueron y todavía son la época más negra, de más atraso, más
oscura y más nefasta de la historia de España y no entenderlo así, más allá de
ser víctima de incultura, conlleva a mi juicio la propia imposibilidad de
avanzar hacia el futuro.
Una
Industria y una economía atrasada, anclada, vetusta y vieja, una ausencia total
de derechos y libertades, un problema territorial irresuelto, unas instituciones
anquilosadas etc. etc, fueron la herencia del franquismo y solo la infinita
generosidad nunca bien ponderada de la izquierda y el republicanismo pudo
llevarnos después de muchas vicisitudes a la modernidad, a la reconciliación
nacional y a la convivencia.
Los
republicanos, los socialistas, los comunistas, los demócratas e incluso los
monárquicos actuales o nuestros inmediatos antecedentes de la transición,
tragaron con un jefe del Estado, Juan
Carlos, que ni siquiera era el legítimo heredero de los derechos dinásticos,
con una ley de amnistía que impedía, de facto, cualquier atisbo de hacer
justicia con los crímenes de la dictadura y del dictador hoy después de casi 40 años de aquel bendito
20 de Noviembre, los pequeños intentos de juzgar a los culpables o tan solo de
reconocer y enterrar dignamente a las víctimas han caído, salvo honrosas
excepciones, en saco roto.
Yo
solo digo, que algún día más temprano que tarde, este país, deberá hacer su
segunda transición, donde la repulsa a los cuarenta años y a su principal
protagonista y el reconocimiento no solo a sus víctimas, sino a aquellos que
dieron su vida defendiendo la libertad del pueblo, sea un hecho y las plazas y
calles y monumentos (incluido el malnacido y maldito Valle de Los Caídos) al
caudillo y sus secuaces sean sustituidas por otros nombres y otras figuras, las
de aquellos que nunca se rindieron y que por más que se intentase que fueran
borradas de la historia siguen en la conciencia colectiva.
Como
pequeña contribución déjeme sufrido lector que le “dedique” un verso, al sujeto
en este día.
Sigue la rata en la profundidad del
Valle,
sepultado
entre sangre de muertos silenciosos,
que
alzan su puño más allá del purgatorio
en
la tenue voz de la gente de la calle.
Sigue la rata ecuestre y regordeta,
a
lomos de un pútrido caballo
en
la plaza de un pueblo castellano…
¡La
España de charanga y pandereta!
Sigue la rata enturbiando nuestra
historia,
gangrenando la mente y
las heridas,
con el alma purulenta,
y la podrida
revisión de malvados
sin memoria.
Pero más allá de infiernos y cobardes,
de cómplices actuales y
anteriores,
de roncos vacilantes y
sermones…
¡La sangre de los
muertos aún nos arde1
Nos quema en la garganta y nos convoca,
como el dolor de la
madre primeriza…
llama la voz antigua de
justicia…
Y nos besa en la frente
y en la boca
Aquí, en el presente diminuto,
venimos a la luz los
justicieros,
desenterrando con
brazos jornaleros,
el delicado sol de los
difuntos.
La
ley mordaza del ministro Fernández Díaz. Y siguiendo con el
fascismo y sus cosillas, la ley que prepara el “opusino” ministro del Interior,
tiene un tinte fachilla, que más parece una ley franquista, que una ley propia
de un país democrático.
Recortar las libertades, es ese juego al que le gusta jugar a
la derecha, día sí y día también, y el derecho a protestar, a la libertad de
expresión, a manifestarse y/o reunirse pacíficamente, a la derecha le da
nauseas, le produce sarpullidos y dicen algunos profesionales de la mediciana,
que incluso han visto diputados, senadores y otros cargos y carguillos del PP,
con fiebre alta y vómitos incontrolados, ante cualquier grupo de personas, que
bien portando banderas sindicales, camisetas verdes, megáfonos u otra
parafernalia “protestante” han pasado a tan solo unos kilómetros de su lugar de
residencia o del antro más o menos elitista donde suelen ir a toamar un
cafelito y hablar de su próximo finde en Baqueira o en la Costa.
El caso es que, a la derecha, solo le gusta aquella
manifestación auspiciada por un cura, si es Obispo, Cardenal o Papa mejor, o
aquella donde uno puede pasearse con el Aguilucho tranquilamente y proferir
cánticos antiguos brazo en alto, o como mucho y siempre que sea de la selección
nacional o de equipos con rango abolengo patriótico, aquella que tenga que ver
con el noble arte del balompié.
El
resto, esas de reclamar derechos, educación, sanidad, etc… como que no… esas
son cosas de rojos, separatistas y zarrapastrosos y como tales hay que
tratarlos, piensa la derecha, y que mejor que la ley, cuando se tiene el poder
para ello.
Esta
Ley, que intenta hacer de un derecho una quimera, y que pretende criminalizar,
reprimir y castigar a los que lo ejercen, no solo es una barbaridad sino que es
profundamente antidemocrática y a mi juicio, es anticonstitucional, pues el
artículo 21, garantiza el derecho de reunión y manifestación pacífica y sin
armas y niega la posibilidad de cercenarlo, ya que la comunicación a la
autoridad es exclusivamente a título informativo, no es un requisito previo,
como creen algunos, y a los efectos de mera organización y de evitar
alteraciones del orden y perjuicios innecesarios a los ciudadanos, entendidos
como tales, no el corte de una calle, sino que sepan que tal calle está
cortada.
Dicho
todo esto, solo espero, que esta ley de Fernández Díaz, acabe en el limbo de
las ocurrencias absurdas de un personaje, que solo tiene la suerte de no ser
catalogado como el peor ministro del Gobierno del gabinete Rajoy porque con el
se sientan en el Consejo de Ministros, Wert, Gallardon, Ana Mato y Fátima Báñez
entre otros.
BREVEDADES:
BREVEDAD
1. Otra que quiere restringir derechos, es la sufrida esposa de aquel que dicen
(yo no lo creo) que limpiaba las botas de George Bush con la lengua en un
rancho de Texas, (yo imagino que lo hacía con un trapo y algún producto
específico). El caso es que esta mujer, que es alcaldesa de Madrid, dice que lo
de la huelga habría que regularlo, supongo que su idea de regular equivale a
prohibir, pero en fin.
A esta señora habría que mandarla, no
solo por incompetente, sino por muchas cosas más a donde Roque mandó a las
espigaoras.
BREVEDAD
2 Otra que se nos viene encima es la Reforma de la Administración local, tiempo
habrá para hablar de ello, pero en principio y si los ayuntamientos están
heridos, la Reforma es el descabello y en definitiva el definitivo callejón de
arrastradero para el medio rural-
BREVEDAD
3 Y como no hay boda sin la tía Juana llega mi Maricospe y lanza su reforma del
Estatuto de Castilla-La Mancha que no es otra cosa, que un auténtico pucherazo
electoral, digno, otra vez del añorado (por ellos claro) franquismo y que tiene
un solo objetivo, evitar que Emiliano García Page, sea presidente de Castilla
La Mancha, para que ella o alguno de sus testaferros, sean Ecahnizs, Estebanes
o Marines sigan “jodiendo” a esta región que tanto costó levantar de la nada.
A
todos ellos, a Cospedal, a Botella, a Gallardón etc. vaya mi desprecio
político, esperando que algún día, el pueblo soberano los ponga en su sitio, lo
más lejos posible del poder.
Juan Antonio Andújar
Buendía
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