UNA FRASE

Llamó a mi puerta la nostalgia y no le abrí... pues estaba buscando soluciones para el futuro




viernes, 13 de abril de 2012

EL SIRIMIRI QUE NO CESA

Concluyó la Semana Santa, con la procesión de Domingo de Resurrección, a la que he de decir, que le tengo un especial cariño y que este año me produjo una inmensa sensación de añoranza y nostalgia.
El tiempo, esta vez fue más generoso con tamborileros y cofrades que otros años y salvo la procesión de Jueves Santo y una parte mínima de la tamborada del miércoles todos los actos tanto litúrgicos como festivos se desarrollaron con absoluta normalidad y sin incidentes reseñables. Mis felicitaciones pues para todos y todas los participantes en el engrandecimiento de nuestra Semana Santa y mi enhorabuena para los responsables de las Asociaciones e Instituciones, porque al menos de momento y que yo sepa, no hay que registrar nada desagradable.
Sí quiero destacar, algunos aspectos, a mi juicio positivos, y que deben llevarnos a mejorar o a continuar por el camino andado.
En la noche del Jueves en que tuve la oportunidad de “manejar”, torpemente como  siempre, eso sí, mi tambor por El Rabal, pude comprobar o al menos tuve la impresión, de que se estaba recuperando un poco el ambiente, que otros años me pareció algo desangelado.
En los últimos tiempos, me había parecido, que quizás por la proliferación de locales, cocheras etc. de peñas y grupos de amigos, la marea de túnicas negras y tambores que siempre fue, desde que yo recuerdo, el viejo Rabal, había pasado a ser un simple enclave relativamente transitado que se podía atravesar sin esfuerzo en apenas 5 minutos.
El jueves sin embargo, me costó un poquito más, alcanzar el Casino, quiero pensar que tal vez, muchos, hayamos cogido conciencia, de que el tambor y la tamborada, tiene que estar siempre asociada a la calle, al cielo abierto y a la multitud.
Nada tengo en contra de los locales de las peñas, como punto de encuentro, de salida e incluso de reposo y avituallamiento, pero sí estoy en contra de los tamborileros/as que permanecen más tiempo al abrigo de la techumbre que en las calles de Hellín.
La segunda circunstancia, que ya viene siendo norma desde hacen muchos años, es la extraordinaria presencia de la mujer en todos y cada uno de los momentos de nuestra Semana Santa.
Que las mujeres nos aventajan en número en casi todo lo que implica capacidad, sacrificio, constancia, aprendizaje, inteligencia o sentido es una realidad, pero es que además lo hacen todo mejor, sin las “alaracas”, “prepotencias”, “ombliguismos” y “barriguismos” con que muchas veces actuamos los individuos de sexo masculino.
En estos tiempos en que a las mujeres se les pretenden restringir algunos derechos (aborto, píldora del día después etc.) en los que aún se las discrimina en muchas cuestiones (salarios más bajos, escasa presencia en puestos directivos, ahora en muchos altos cargos etc.) y en los que aún se les impide directamente participar o pertenecer a algunos colectivos (sacerdocio católico y puestos similares en otras religiones, algunas cofradías no hellineras por supuesto, algunas fiestas de otro tipo etc. etc.) la mujer hellinera muestra al mundo no solo que su integración total es un hecho, sino que la Semana Santa, las tamboradas y todo lo que gira en torno a nuestras fiestas mayores, mejora con su presencia y que, sin ellas no sería posible.
Como diría aquél ¡Que aprendan! en otros sitios.
Los que no aprenden son los de siempre. El Obispo de Alcalá de Henares, un tal Reig Plá, utilizó la homilía de Viernes Santo para arremeter contra los gays, las mujeres, los jóvenes, las discotecas y todo titirimundi.
Habló este noble señor, embutido en su casulla de oro, de los homosexuales como enfermos, de las mujeres que abortan como pecadoras irredentas, de infiernos vestidos de lugares de ocio, de jóvenes que se drogan y se corrompen porque desde pequeños hay ideologías, según él, que los incitan a la homosexualidad y acaban, según él, en antros de prostitución. Y lo hizo y esto es gravísimo, en TVE, la televisión pública española.
Que algunos miembros de la jerarquía eclesiástica española, serían considerados antiguos en la Edad Media, es algo que ya no nos sorprende, que utilicen las homilías y el púlpito, unas veces para hacer política y otras para aventar sus fantasmas y seguramente sus propias frustraciones personales, es cuasi cotidiano, que utilicen sin ningún pudor la televisión de todos y celebraciones como ésta, es ya, casi una costumbre y no nos asusta, aunque nos produzca rabia y en cierto modo pena, cuando por ejemplo, hace nada, el presidente de la Conferencia Episcopal censuró una circular de las JOC (Juventudes Obreras Cristianas) en contra de la reforma laboral.
Pero es que cuando uno se entera por la prensa, que este Reig Plá martillo de herejes (con forma de gays, lesbianas o simplemente jóvenes y mujeres) ampara y cobija a un cura de su diócesis, (José Martín de la Peña, se llama el pájaro) que ha sido condenado por abusar y violar a una niña durante 10 años, desde que esta tenía 4, pues uno no puede sentir más que asco por este Obispo y vergüenza, por pertenecer, cada vez menos, eso sí, a esta iglesia.
A veces, un joven o un niño, está más seguro en una discoteca que en un confesionario.
Al menos, el Cardenal Lluis Martínez Sistach, a la sazón Obispo de Barcelona, se ha desmarcado públicamente de las declaraciones de este sujeto y es que los catalanes, aunque sean Obispos o Cardenales tienen una cosa que se llama “seny” de la que mucha de nuestra carcundia con sotana carece y ya no creo, a su edad, que adquiera.
No me extraña, que descienda el número de personas que se confiesa católica, o que apenas un 1,5 por ciento de los fieles acudan a misa cada domingo, para oir tonterías y barbaridades, que nada tienen que ver con Jesucristo y su mensaje, uno ya tiene Intereconomía sin tener que salir de casa ni sentarse en un duro banco de iglesia.
Las medidas de Rajoy para combatir la crisis, tienen de momento el mismo efecto que si tengo tos y me rasco la barriga.
No solo no generan empleo, ni reactivación económica, al contrario, si no que ni siquiera contentan a los mercados, a las bolsas y a la “cosa esa” que es la prima de riesgo que sube y nos sitúa, según dicen, al borde del rescate.
Ahora nos anuncian nuevos recortes 7000 millones en sanidad y 3000 en educación, veremos a ver por donde tiran, pero me imagino lo peor, clases de 40 ó 50 alumnos como en mis tiempos escolares, listas de espera que vuelvan a los tiempos, en que cuando te llamaban para operarte era ya para hacerte la autopsia, curarte la neumonía con vahos de eucalipto y caldo de gallina…
Aún con todo esto hay una cosa que uno no puede soslayar, un gobierno democrático tiene derecho a tomar las medidas que considere oportunas,  incluso diría a hacer una política con este tipo de recortes, a lo que no tiene derecho, a mi juicio, es a engañar al pueblo. A mí no me engañaron, yo no les voté, pero imagino que muchos trabajadores y trabajadoras de este país, creyeron a Rajoy y el resto de dirigentes del PP y les dieron su voto de buena fe, cuando decían en campaña electoral que no iban a recortar en Sanidad, Educación, Servicios Sociales etc. 
El refranero dice que “las mentiras tienen las patas cortas” y que “se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”. Ya han “enseñado la pata” y ya “los hemos pillao” solo espero que la próxima vez que haya que echar una papeleta en una urna tengamos memoria.
BREVEDADES:
BREVEDAD 1: Un mal dato de las vacaciones de Semana Santa ha sido el aumento (tras varios años en que bajaba) de los muertos por accidentes de tráfico, igual es casualidad, pero coincide con el cese el 3 de Febrero del anterior Director General Pere Navarro y su sustitución por María Seguí. Si algo funciona bien “¿Pa que menearlo Mariano?”
BREVEDAD 2 Futbolera: Me llama el Catedrático, ilusionado por que hay liga, yo en mi tradicional espíritu “patidor” y “plagiando” a Guardiola digo que piano, piano, que el Madrid no va a tropezar más, y que  no me fío, ahora, como cuando salga este sirimiri se le haya ocurrido al Atleti ganar en el Calderón….  
    
Juan Antonio Andújar Buendía

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