Otra vez Miguel, como siempre Miguel. Entre las muchas cosas que me han unido a lo largo de estos 40 años a mi padre, Juanín Andujar, una de las más significativas es sin duda la obra de Miguel Hernández, desde que él, como casi todo en mi vida, me lo descubrió en esa, hoy más que nunca, añorada niñez, primero bajo los compases de la música de Serrat, otro elemento común, y luego negro sobre blanco en las obras completas que guardo como un preciado tesoro.
Uno de los libros más conocidos del poeta oriolano es “El rayo que no cesa” y el poema, que hila el poemario y que tantas veces leímos juntos y por separado lleva en uno de esos versos fuertes que se leen y recitan con el corazón en la garganta aquello de “No cesará este rayo que me habita el corazón de exasperadas fieras…”. Bien, permítame Miguel una vez más hacer míos sus versos para que “No cese el sirimiri de Juanín de las páginas de su Diario de Hellín” y que sean mi mano, mi mente y mi alma las que continúen, de momento y mientras pueda con lo que él un día comenzó, como esa lluvia fina que tanto le gustaba y que le traía recuerdos de su juventud de estudiante en Oviedo.
Solo espero estar a la altura de la empresa que acometo y que todos los que lo siguieron durante estos años, al menos me den el beneficio de la duda en estos primeros pasos.
Chi-Chín de Gabor… Cuando era niño mi padre, Chi-Chin de Gabor, me contaba historias de su planeta y su misión de observación, encomendada por el Consejo del Planeta Gabor, en este mundo nuestro. Chi-Chín de Gabor, no sé si para hacerme rabiar o qué, me decía que su estancia aquí tenía fecha de caducidad, que tarde o temprano tendría que volver a su Planeta, un planeta mucho más avanzado que el nuestro donde se ha erradicado desde hace muchos años gaboritas la enfermedad, la injusticia y el sufrimiento; donde la igualdad, la democracia real y participativa y el bienestar han alcanzado los más grandes progresos y donde la ciencia y el conocimiento han conseguido los mayores logros para su especie.
Chi-Chín de Gabor, decía cuando yo era niño, que se iría cuando su hijo mitad humano mitad Gaborita, es decir yo, cumpliese 18 años, luego cuando se acercaba esa fecha, siempre y para mi fortuna, pedía una prórroga, hasta acabar la carrera, hasta encontrar trabajo etc. etc. aunque siempre tuviese que “pagar” la mencionada prorroga, tarde o temprano, con una dolencia más en su cuerpo terrícola.
Para “retener” a Chi-Chín de Gabor, su hijo mitad hombre mitad Gaborita, solía decirle allá por los años 80, -Si te vas no podrás ver los partidos- (entonces solo unos pocos, se retransmitían) del Barça, otro de esos puntos de encuentro eternos, -ni oírlos por la radio-. Pero Chi-Chín contestaba que allí, en su planeta Gabor, se podían ver todos los partidos, de todos los deportes, de todos los planetas solo con conectarse a unas grandes pantallas desde hacía muchos años gaboritas, curiosamente Chi-Chín de Gabor en su apariencia terrestre de Juanín Andújar logró ver al menos, alguno de los avances de este mundo atrasado, que vino a observar desde una ventana galáctica y preferente.
Chi-Chín de Gabor no era un científico, en Gabor, igual que aquí, era un humanista, pero contaba muchas otras cosas, como ese prodigioso sistema electoral Gaborita en que todas las decisiones y las leyes se adoptan o se votan por todos los ciudadanos sin tener que salir de casa por medio de sus ordenadores y equipos especiales, quizás 30 años después de que me lo contase, sin ni siquiera vislumbrar yo, pobre terrícola adolescente, lo que hoy es la era de las telecomunicaciones, interenet, etc., quizás digo, no estemos tan lejos. Para erradicar el sufrimiento, el dolor, la injusticia, aún nos queda mucho camino.
Chi-Chín de Gabor ha vuelto por fin a Gabor, es posible que no le quedasen más prorrogas que pedir, o que su misión haya terminado finalmente, o que su maltrecho cuerpo humano no admitiese más costuras.
Papá Chi-Chín, algún día nos encontraremos en Gabor para continuar esta aventura común.
Cuando Recortar y Reformar son sinónimos de retroceder. La vida sigue y siguen los recortes, las reformas, las acciones del nuevo gobierno y sus satélites autonómicos… Algunas de estas acciones rayan en lo surrealista, cerrar una planta de un hospital los fines de semana, suprimir el Servicio Público de Empleo de Castilla-La Mancha, otras atentan directamente contra el medio rural, recortes en los Convenios de Servicios Sociales de la Junta de Castilla- La Mancha, o contra las personas más desfavorecidas y desprotegidas, cierre de casas de acogida, recortes en centros de la mujer, supresión del Servicio de Atención al Inmigrante, de los Programas de Ayuda a los Discapacitados, de las ayudas a pensionistas para el transporte etc. etc. Otras avanzan hacia el adoctrinamiento puro y duro, supresión de Educación para la Ciudadanía para imponer otro modelo más acorde con la moral de los “vencedores”, reticencias a la píldora del día después etc.. Otras se atisban en contra de la cohesión interterritorial como recuperar los nefastos Trasvases. Las de más allá parece que van a atentar directamente contra el Medio Ambiente, ley de costas etc. e incluso hay algunas que pretenden recuperar la burbuja inmobiliaria. Como le decía Burt Lancaster a Massimilian Schell, cunado acosaba a Judy Garland en el estrado, en “Vencedores y Vencidos” –“¿Es que vamos a empezar otra vez…?
Pero sin duda unas de las medidas más sangrantes hasta la fecha son las impulsadas por el otrora “moderado” Ruiz Gallardón, desde el ministerio de Justicia: Devolver el control del poder judicial a las asociaciones de jueces y magistrados, endogámicas, carcas y avejentadas, es sustraérselo al pueblo que es a quien pertenece en última instancia. Recuperar la cadena perpetua es volver a los parámetros anteriores al 78 y muy probablemente una decisión anticonstitucional y regresar a la Ley del Aborto del 85 es, no solo un ataque frontal a los derechos de la mujer, sino ponerse a la altura de Polonia e Irlanda, países que no son ejemplo de modernidad.
Lo de las bodas ante notario, aunque, parezca un chiste, no es sino una muestra más de privilegios infundados.
En cualquier caso, todas estas medidas, están siendo consentidas por este pueblo adormecido y anestesiado que calla ante los recortes no solo económicos, sino también sociales y en los derechos fundamentales y ya lo dice el sabio refranero “El que calla… otorga”
BUENA GENTE: Durante este largo invierno hospitalario que ha durado un mes, además del tratamiento hospitalario propiamente dicho, hemos recibido mucho calor humano, mucha sensibilidad en los momentos más duros y mucha cercanía, los profesionales del Hospital de Hellín, personal de limpieza, de cocina, celadores/as, auxiliares, enfermeros/as, fisioterapeutas, facultativos/as, de los diferentes servicios, urgencias, UCE, planta 1ª y planta 3ª son lo que mi padre llamaba y mi madre y yo llamamos BUENA GENTE, sirvan estas líneas como agradecimiento y reconocimiento a su labor.
PD: Agradezco también desde aquí las muestras de cariño y condolencia recibidas y por supuesto al Diario y a sus colaboradores lo escrito y dibujado para mi padre, Angel, Pepe, Rafa etc. y por descontado Aurelio… Gracias.
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