Especial
“Ecos de la Semana Santa”.
Terminó
la Semana Santa que como cada año ha sido un éxito de participación ciudadana
aumentado si cabe, por algunos hechos relevantes como la climatología que ha
sido, no respetuosa, sino una participante más de nuestra fiesta mayor y por
alguno de los actos programados como el intento de Record Guinness del
Miércoles Santo, que más allá de la consecución o no del mismo fue un evento
digno de recordarse en los anales de la Semana Santa de Hellín y de sus
Tamboradas, por la inmensa concurrencia de tamborileros que (y me incluyo) nos dimos cita en el Jardín
Martínez Parras y alrededores.
En este Sirimiri no voy a entrar mucho en si hubo fallos o no
de organización, en si la Jueza actúo bien o mal, o si se tenía que haber hecho
esto o lo otro, mucho se ha dicho ya en diversos medios y foros… Sí quiero
hablar, sin embargo, de los sentimientos que me ocuparon esa tarde, porque al
final hay sentimientos que superan los datos y los logros. Y yo me sentí esa
tarde, por un lado, orgulloso de mi pueblo y de mi condición de hellinero y,
por otro, profundamente emocionado, prácticamente con un nudo en la garganta y
casi con la lagrimilla asomando por el ojo izquierdo, ante la enorme manifestación de nuestro santo
y seña, que no deja de ser otro, que ese tambor, con el que muchas veces parece
que nace el hellinero y la hellinera, entendidos/as como tales no solo los y
las que nacieron en esta tierra, sino los y las que viven en ella y como suya la sienten y los y las que nos
visitan y se funden con lo que el poeta llamó el hellinerismo… Esa emoción
compartida por los más de 12.000 tamborileros (utilizo ya el genérico por no
ser reiterativo con el os/as) inscritos (a los que habría que sumar a los no
inscritos y a aquellos que no podían ser contabilizados en el record por no
portar el mágico instrumento) es impagable y no es irrepetible porque todos
sabemos que se repite cada año en un montón de momentos de nuestra Semana
Santa.
Enhorabuena pues a Hellín por esa imagen y gracias a los
organizadores del evento, en especial a Javier Portaña, al que no tengo el
gusto de conocer, pero que me cuentan que se ha dejado la vida en el tema, a la
Asociación de Peñas y a todos los que han colaborado en darnos este maravilloso
(uno más, pero muy significativo) momento para nuestras tamboradas…
Las críticas las dejo para otros y bienvenidas sean si son
constructivas, las cosas a mejorar tiempo habrá de discutirlas y plantearlas,
pero déjenme que en estos tiempos, muchas veces fugaces y vertiginosos, mande
un mensaje tanto a Javier como a Fernando Picornell y a la Asociación de Peñas,
y es que el que no arriesga jamás se equivoca y el que no hace nada nunca yerra
y debemos reclamar nuestro derecho a equivocarnos muy por encima de que alguien
un día nos recrimine, justamente, que no lo intentamos…
Otro asunto, a mi juicio menor, de esta Semana Santa pero que
también ha generado algún “dime y direte”, ha sido la ornamentación de algunas
calles de Hellín en la Semana Santa, en concreto me refiero a la Plaza de la
Asunción. He de reconocer que yo cuando la vi el Viernes de Dolores, también
hice algún chascarrillo, relativo a su apariencia más “similar” a la
Entrada Mora de Almansa, que a una decoración semanasantera, pero digo lo mismo
que antes, creo que la Asociación de Cofradías
y Hermandades ha realizado un importante esfuerzo y que su voluntad no es otra
que mejorar el aspecto de nuestras calles más emblemáticas no solo para los
desfiles procesionales sino para todo el devenir y todos los actos del ciclo,
así que vaya también mi felicitación por el empeño y tiempo habrá también de
analizar, de cara al futuro, que es lo que importa, cómo podemos mejorar en
estos (como en todos los demás) aspectos.
Otro asunto semanasantero es el tema de la limpieza vial, y
verdaderamente es un asunto peliagudo, más allá de la necesidad de que existan
más urinarios públicos o que se aumente la dotación de contenedores para estas
fechas, que parece evidente, pretender que en una fiesta que se desarrolla en
un pueblo de España (si fuésemos suecos, igual sería otra cosa) y que tiene
como una de sus características principales que la gente está en las calles y
que come y bebe en las mismas, no se produzcan residuos o que la gente sea tan
civilizada que los deposite todos en un contenedor es una utopía… No quiero
defender con esto que la gente haga de su capa un sayo y “mee” en los portales
o tire las cabezas de las gambas al suelo, todo lo contrario, lo ideal es que
todos fuésemos conscientes en estos temas y actuásemos no digo ya en
consecuencia, sino como seguramente nos comportamos durante el resto de los
días del año o cuando visitamos cualquier otro lugar… Pero es evidente que, y
aunque no conozco todas las realidades de otras fiestas tan populares como la
nuestra y que se vivan tan intensamente en las calles (léase San Fermines,
Fallas, Carnavales de Cádiz, Ferias etc.), si me las puedo imaginar, pues al
menos si he disfrutado muchos años de la maravillosa Feria de Albacete y sé en
qué estado queda su famosa sartén cada día y cada noche… Más allá de intentar
concienciar al personal y sabiendo que es difícil que 20.000 o más personas se
comporten cívicamente durante toda la cantidad de horas que pasan por las
calles y mientras aumentan la ingesta de alcohol y de innumerables viandas…lo
que sí creo es que durante estas fechas se debería producir un aumento de los
servicios de recogida de residuos y de limpieza, aunque ello suponga aumentar
de manera importante el coste de los mismos… A mi modesto entender esa es la
única solución posible, algo así como un servicio de limpieza de 24 h, bien
pagado y bien organizado… otra posibilidad, al menos a mí, no se me ocurre…
El último aspecto a tratar, es un tema que está dando mucho
que hablar en las últimas horas. Me
refiero a la suspensión del Desfile de Bandas, supongo que aquí todo el mundo
lleva parte de razón… Las bandas han dado sus explicaciones, y aunque no he
podido verles ni oírles en directo, parece que habían firmado un documento por
el que si la Procesión terminaba más allá de las 5 de la tarde, el Desfile se
suspendía… ergo estaban en su derecho de hacerlo… Entiendo también que el
público que estaba esperando el susodicho desfile se sintiese decepcionado.
Mi opinión muy personal, que conste, es que conociendo, la
naturaleza festiva y el devenir de la Procesión durante los últimos años, la
afluencia de tamborileros en la subida desde el Encuentro etc. etc. pretender
que la procesión concluya a las 5 de la tarde es, a día de hoy, (no sé en el
futuro) una utopía, así que la solución se me antoja complicada, incluso no sé
si lo mejor sería sacar el Desfile del Programa Oficial y ya que es un acto
voluntario de las bandas, que sean éstas las que, en el momento oportuno,
decidan en función del horario, de su ánimo y del cansancio acumulado por sus
componentes realizarlo o no. Seguramente no sea la mejor solución, pero podría
servir para evitar suspensiones que estoy seguro que no son deseadas por nadie.
En fin seguiremos pensando y si se nos ocurre algo, pues ya
lo plantearemos, aquí o en cualquier otro foro…
Para terminar con la Semana Santa, una reflexión, lo que sí
creo es que nos falta unidad, unidad entre tamborileros y cofrades y bandas,
unidad entre las distintas Asociaciones y entre éstas y los que no pertenecemos
a ellas, entre los propios partidos políticos etc. Y para promocionar no solo
la Semana Santa y las Tamboradas, sino Hellín en su conjunto hace falta que
todos vayamos a una como en Fuenteovejuna…
Iba a entrar en otros asuntos, pero creo, que por hoy ya
tenemos bastante, al fin y al cabo cuando llega la Semana Santa, ella lo ocupa
todo para Hellín y el Sirimiri, nació también en su día, bañado o “lloviznado”
de profundo hellinerismo….
Juan
Antonio Andújar Buendía
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